miércoles, 23 de enero de 2013

Fisioterapia también es prevención

Acudir al fisioterapeuta no debería ser exclusivo de deportistas, limitarse al momento en el que duele la espalda o que ya hay una lesión. El fisioterapeuta también se dedica a la prevención de estos problemas, por lo que es recomendable que todas las personas vayan a su consulta para que les estudie el sistema osteoarticular y muscular, les ofrezca recomendaciones y, si es necesario, un plan de ejercicios y un tratamiento. 

Aunque se sabe que fumar, la hipertensión o la obesidad son perjudiciales para la salud, poca gente tiene conciencia de que andar encorvados o tener los músculos retraídos tampoco es bueno para el bienestar. El fisioterapeuta es el profesional de la salud que puede ayudar a prevenir problemas posturales y malos hábitos que perjudican el físico. Éste se dedica a la prevención, mantenimiento, recuperación de la funcionalidad y tratamientos del sistema osteoarticular y muscular. Sin embargo, pocas personas acuden a su consulta porque creen que sólo trata a deportistas o le confunden con un masajista. Nada más lejos de la realidad.

"Los masajistas sólo hacen masajes, mientras que los fisioterapeutas aplicamos los masajes, entre muchas otras técnicas, para descontracturar los músculos o hacer un drenaje", aclara Lluís Puig, fisioterapeuta del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Fundació Hospital de L'Esperit Sant (FHES), de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), y ponente de la conferencia "Fisioterapia: Hagamos salud, hagamos prevención", organizada por FHES con el apoyo de otras instituciones.

Todas las personas deberían ir al fisioterapeuta al menos una vez, ya que ayuda a prevenir problemas del aparato osteoarticular y muscular. El campo de actuación de la fisioterapia es muy amplio. Abarca la fisioterapia respiratoria, neurológica, infantil, pediátrica e, incluso, puesto que se dedica a la traumatología, algunos profesionales se especializan en el cuidado de la espalda, la rodilla, la columna o la articulación temporomandibular. "El fisioterapeuta, además de la recuperación con tratamientos, realiza mantenimiento y prevención de lesiones", precisa Puig.


La prevención debería iniciarse desde la infancia. Puig, profesor colaborador de la Fundación Universitaria del Bages (Manresa) donde desarrollan un programa preventivo dedicado a la detección de problemas de espalda en niños de 6 y 7 años de una escuela de Manresa (Barcelona), apuesta por la figura del fisioterapeuta en los centros. "Cada vez hay más conciencia de esta necesidad", señala. De la misma forma que en los colegios hay un preparador de educación física, sería conveniente un profesional dedicado a la educación postural o en fisioterapia.

El objetivo es identificar posibles desviaciones de la columna y problemas posturales cuando todavía no hay deformidades, así como enseñar buenos hábitos que los eviten a largo plazo. Por el contrario, en la edad adulta, es más difícil corregir ciertos problemas físicos.

¿Qué puede prevenir el fisioterapeuta? Dolores como las cervicalgias, dorsalgias y lumbalgias, además de atenuar enfermedades degenerativas como la artrosis y la osteoporosis. Mantener un buen sistema osteoarticular y muscular permite al individuo hacer un mejor uso de las articulaciones y un menor desgaste de ellas. Según Puig, muchas personas suben y bajan escaleras, en lugar de coger el ascensor, para mantenerse en forma. Esta acción, a partir de cierta edad, es mejor evitarla ya que provoca un impacto y desgaste en la articulación del fémur con la rótula, sobre todo, al bajar. Lo más adecuado para prevenir problemas degenerativos es hacer ejercicio físico continuado y que no genere demasiado impacto.

A menudo, el origen de un buen número de problemas está en las malas posturas y en los movimientos repetitivos. Los fisioterapeutas intentan corregir los primeros y enseñar a dosificar los segundos. En la consulta del fisioterapeuta se dan recomendaciones, se diseñan ejercicios personalizados y se programan tratamientos, si es necesario. Las terapias dependen del estado físico, la actividad, los retos y las necesidades de cada individuo, ya que varían de manera notable entre una persona sedentaria y un deportista de competición.

Los tratamientos se deciden después de analizar las costumbres de las personas cuando están estáticas y dinámicas. Se examina cómo andan y cómo se encuentran sus cadenas musculares, es decir, si están muy retraídas o no. Según esto, habría dos tipos principales de personas: quienes adoptan la posición de tímidas (se estira más el músculo anterior) y quienes tienden a sacar el pecho (se estira el posterior).

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