La cadena que une al fisioterapeuta con su paciente es compleja y sencilla a su vez: Lesiones con tratamientos protocolarios en ocasiones. Pacientes con caracteres muy variados. El fisioterapeuta así pues, es el factor determinante de esta cadena. Podemos pecar de conservadores, o arriesgar tanto en el trato como en las técnicas. Somos nosotros los que tenemos que poner imaginación al servicio de la salud, perder ese miedo a preguntar, lo que hay que tener al paciente es respeto no miedo, pero hay información necesaria para el tratamiento que es tan crucial como difícil de obtener. Es verdad que el trato debe ser profesional y las confianzas limitadas, pero muchas veces nos olvidamos de ser más cercanos de lo que deberíamos. Cuando un paciente se tumba en nuestra camilla, tenemos que estar atentos a toda la información que pueda darnos. No solo debemos estar atentos a su cuerpo, a través de nuestros ojos o nuestras manos diagnosticando un problema físico, sino también debemos estar atentos a otros factores que aunque parezca lo contrario van relacionados, están ligados sinérgicamente. Intuir las molestias espirituales, mediante una entrevista abierta, cuidando la incomodidad que podamos crearle, puede ser clave. Toda información, por muy rara que nos parezca, nos puede ser necesaria, para seguir una línea u otra de tratamiento.
El factor emocional y el físico están estrechamente relacionados, no hay que abordarlos aisladamente en un tratamiento, sobre todo si esta en nuestra mano y en nuestras competencias. El ser humano es mucho más que cuerpo, y por tanto hay que trabajar en consecuencia, mediante la visión holística del paciente.
La armonía, el equilibrio, la belleza, la salud y el bienestar; son los objetivos de la holística. ¿Qué es la Holística? Es la visión del paciente como "un todo", enfatizar en la globalidad, "El todo es mayor que la suma de sus partes" decía Aristóteles. Para tratar a una persona hay que considerar todos sus componentes a través de los cinco sentidos, potenciarlos e incluyendo sus relaciones invisibles pero igualmente evidentes o existentes.
La holística se despliega ante nosotros con inmenso poder, removiendo algunos cimientos de antaño y apostando por una nueva y comprometida visión del mundo y, sobre todo, del ser humano. Hay terapias que se fundamentan en esta visión holística, como por ejemplo la aromaterapia.
La Aromaterapia es una medicina natural milenaria y, por supuesto, holística, basada en la utilización de aceites naturales puros extraídos de plantas medicinales y aromáticas para el beneficio de nuestra salud y la prevención y curación de enfermedades físicas y emocionales. Actúan a través del olfato y por aplicación en la piel sobre el metabolismo e influyendo en el estado físico y emocional. Es una terapia que, y esto es importantísimo, tiene en cuenta la mente, el cuerpo y el alma de la persona.
La mejor actuación es aquella que logra penetrar por tres sentidos fundamentales, el olfato, la vista y la piel (tacto), para llegar directamente a nuestra mente, desencadenando distintas reacciones que liberen determinados sentimientos, miedos y ansiedades. Se restauran así los canales a través de los cuales fluye nuestra energía para alivio de nuestro equilibrio interno y externo.
Como decía Eduard Bach "La salud depende de que estemos en armonía con nuestra alma" y nosotros los fisioterapeutas tenemos la llave de la armonía de cada uno de nuestros pacientes. Todo depende de nuestro modus operandi. "El poder es saber" y que intentar saber lo más posible para actuar correctamente, el detalle marca la diferencia.
