Fuente de la noticia: El Mundo. 2016.
Los fisioterapeutas han alertado de que hacerse crujir los
dedos u otras articulaciones es perjudicial ya que, a futuro, esta acción
provoca que tanto la propia articulación, como otras estructuras que las rodean
como ligamentos o tendones, se desgasten innecesariamente.
Así lo aseguran el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de
la Comunidad de Madrid (Cpfcm), el Colegio de Fisioterapeutas de Cataluña, el
Colegio Oficial de Fisioterapeutas del País Vasco, el Colegio Oficial de
Fisioterapeutas de Navarra, y el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia,
a través de su videoconsejo del mes de febrero de la campaña 12 meses, 12
consejos de salud.
En este sentido, el secretario general del Cpfcm, José
Santos, explicó que las articulaciones están rodeadas por una cápsula sinovial
con líquido y una cierta cantidad de gases, como oxígeno, nitrógeno y dióxido
de carbón, cuya principal función es la de lubricar las articulaciones para que
los huesos no se desgasten.
"Para provocar el chasquido, se coloca la articulación
en una posición determinada que hace que el espacio entre los huesos aumente y
también el volumen de la cápsula sinovial. Se crea así una zona de baja presión
que provoca que los gases salgan del líquido sinovial en forma de burbujas que
estallan y son las que producen ese sonido de crujido tan característico",
informó.
Así, aseguró que "si este chasquido lo provocamos
nosotros mismos, es que estamos movilizando la articulación más de lo que
deberíamos generando desequilibrio. Al fomentar ese desequilibrio, cada vez nos
parecerá que necesitamos crujirnos más y, aunque a corto plazo podamos notar
una cierta liberación, a la larga este comportamiento generará una serie de
problemas en la articulación".
No obstante, Santos aclaró que si este chasquido lo provoca
un profesional cualificado durante un tratamiento, es que con él está
aumentando el movimiento de una zona rígida para equilibrar las zonas con mayor
y menor movimiento, por lo que sí resulta beneficioso.
Además, explicó que en los casos en los que la propia
constitución corporal favorezca la aparición de los crujidos articulares, es
recomendable que se visite un profesional sanitario para valorar el caso por si
se tratara de una cuestión de desequilibrio articular o muscular.
Para cuidar las articulaciones, el Cpfcm recomida seguir una
dieta variada, haciendo especial hincapié en los lácteos (fundamentalmente para
fortalecer los huesos), las proteínas (para los músculos) y las vitaminas A, C
y D.
Asimismo, aconseja hacer ejercicio regularmente, aunque la
intensidad de la actividad física deberá depender siempre de la edad de quien
lo realice, y de su estado físico. Según Santos, "tener un buen tono
muscular reparte más la tracción y compresión que sufren nuestras
articulaciones y previene la rigidez y del dolor articular".
También recomienda evitar el sobrepeso, ya que éste aumenta
la presión del cuerpo sobre las articulaciones y acelera su desgaste, así como
el tabaco y el exceso de alcohol, que afectan a la micro-circulación articular,
favorecen el desgaste óseos y articular, y en el caso del alcohol, deshidrata
nuestros músculos, entre otros efectos.
Por otra parte, recuerda la importancia de reducir el
riesgo de caídas no haciendo esfuerzos por encima de las propias posibilidades,
así como de descansar adecuadamente y de mantener siempre una buena postura, ya sea en el trabajo, durante la lectura, o incluso
durante el descanso.